El deporte forma parte de mi día a día. No solo por salud física, sino por equilibrio mental. Me conecta conmigo misma, me obliga a parar (aunque parezca lo contrario) y me recuerda que moverse también es una forma de cuidarse.
Mi estilo de vida es activo, pero realista. No busco rendir, busco fluir. Y en ese movimiento, hay dos disciplinas que me acompañan y me inspiran desde hace años: el ciclismo y el running. Aquí te comparto cómo los integro en mi semana y qué looks me hacen sentir cómoda y bien cuidada incluso cuando voy a toda velocidad.
Mi semana en movimiento
- Salidas en bici (2-3 veces por semana)
El ciclismo es uno de mis mayores placeres. Me permite salir de la ciudad, respirar aire puro y desconectar de todo. Ya sea una ruta de montaña o una salida suave por carretera, siempre vuelvo a casa con otra energía. Es mi terapia en movimiento. - Running al amanecer (2 veces por semana)
Correr por la mañana me ayuda a empezar el día con claridad. Me gusta salir temprano, cuando la ciudad todavía duerme. Es un momento solo mío, sin distracciones, donde la mente se ordena y el cuerpo despierta. - Estiramientos o yoga suave en casa (1-2 veces por semana)
Complemento imprescindible. Unos minutos de estiramiento consciente ayudan a evitar tensiones, relajar músculos y escuchar lo que el cuerpo necesita. - Días de pausa activa
No todo es intensidad. También hay días de paseo suave, recuperación activa o simplemente descanso. Porque el autocuidado también es saber cuándo no hacer nada.
Cómo me gusta vestirme cuando entreno
Verse bien no es solo una cuestión estética. También es una forma de motivarse, de mantener la coherencia con tu estilo… incluso cuando sudas. Mis looks deportivos siguen el mismo principio que aplico a mi vida y a Skinclub: comodidad, funcionalidad y estética minimalista.
Tonos neutros y tejidos técnicos.
Me siento cómoda con colores sobrios como negro, gris, blanco o tonos tierra. Los tejidos deben ser transpirables, con buena sujeción y adaptables al clima, sobre todo en salidas largas en bici.
Prendas específicas para ciclismo.
Culottes con buen ajuste, maillots ligeros y chaquetas finas que no abultan pero abrigan. La funcionalidad es clave, sin renunciar a una silueta favorecedora.
Look para correr: ligero y versátil.
Uso shorts o leggings de compresión y tops deportivos que sujeten sin apretar. Si corro al aire libre al amanecer, añado una capa térmica o cortavientos.
Zapatillas técnicas.
Invertir en buen calzado es esencial, tanto para correr como para pedalear. Es la base de un entrenamiento seguro y agradable.
Gafas, coleta alta y botella de agua bonita.
Son mis básicos. Siempre llevo unas gafas deportivas, el pelo recogido con estilo y una botella reutilizable (mejor si es bonita, porque todo detalle cuenta).
El deporte como forma de autocuidado
Entrenar no es solo una cuestión física. Para mí, es otra manera de cuidarme. Igual que mi rutina facial o mis visitas a Skinclub, el deporte me ayuda a resetear, conectar y mantener mi bienestar en equilibrio.
No se trata de hacerlo perfecto, sino de hacerlo real. Con ganas, con constancia y con respeto por lo que mi cuerpo necesita cada día.
¿También te mueve el deporte como parte de tu bienestar?
Cuéntamelo o comparte tus momentos de desconexión y tus looks deportivos con el hashtag #SmallDosesOfHappiness
Nos encantará verte en movimiento.